Riga....
La aventura ya comenzó a la hora de coger el avión teniendo que ir corriendo hasta la puerta de embarque, pero para luego estar esperando como 20 minutos con un calor insoportable... empezaba bien la cosa. Al llegar a Riga nos estaban esperando 2 amigas de Javi, que nos subieron a recoger al aeropuerto. Previamente, como dios manda, nos surtimos de líquido elemento en el dutty free. Mucho más caro que en Pula, por cierto. Cogimos un taxi y de camino a nuestro apartamento. Hablando con el taxista (sorprendentemente casi todos los taxistas hablan algo de inglés, o al menos entienden lo básico, léase números) nos hizo una pregunta interesante: ¿hay algo que no os guste de Riga? Evidentemente la repuesta no puede ser otra que no!. El clima fantástico (27ºC), la amabilidad de las locales ideal, y su aspecto más aún. En fin, cuando llegamos a nuestra casa pensamos, pfff dónde nos hemos métido!. Parece ser que allí la gente no se preocupa por la apariencia de los edificios, escaleras, portal... lo único que les interesa es su casa; de puertas para adentro. Nuestro bloque daba miedo, y todos los de alrededor: destrozado, los cables colgando por los descansos y escaleras... pero el interior estaba nuevecito. Después de ducharnos y prepararnos nos refrescamos un poquito y nos fuimos de fiesta. Con los taxistas puedes hacer 2 cosas: pagar según lo que diga el contador, o ajustar el precio. Nosotros, que parece que fuéramos ricos, les decíamos a todos que 4 lads hasta el centro, y ellos siempre aceptaban. Y nosotros pensando que les tangábamos! jeje. Por cierto, 1 lad equivale a 1,5€. Una vez en el centro nos dispusimos a recargar fuerzas para que entrara bien el zumo de cebada. Nos fuimos primero a un pub y luego a la famosa Essential. Esa noche fue un desfase. Unos llegaron antes, otros después... unos se levantaron bien, otros mal...
El viernes comenzó a las 15 de la tarde. Directos al centro; caminando, eso sí, y hambrientos. Buscando un lugar donde comer, nos topamos con el que debía de ser uno de los restaurantes caros de Riga. 15 lads por un solomillo de ternera y una pinta. El resto del día nos lo pasamos caminando por el Old Town. Por la noche vuelta a lo mismo: cena, ducha rápida, líquido elemento y otra vez de fiesta. En la retirada estuvimos en la planta (muy alto) de un hotel viendo la ciudad desde una buena perspectiva. El sábado, como os podéis imaginar, amaneció de nuevo a las 3 de la tarde. Parque, centro... la noche algo diferente. Nos fuimos a una fiestecilla de estudiantes al lado del puerto deportivo, para acabar en el Essential. Allí nos encontramos a dos tipos muy majetes de Reinosa. Estaban recorriendo Europa en caravana. El domingo, completamente destrozamos, fuimos a comer con nuestras amigas al famoso Lido, y vuelta al apartamento para recoger las cosas e irnos.
Conclusión del viaje: se lo recomiendo a todo el mundo, y volveré en menos de un año :)