Fin de semana inmejorable
Este fin de semana ha sido uno de los mejores en Dublín. El viernes llegaba Nacho, que después de 10 meses volvió a pisar la isla esmeralda. La tarde sin mucho ajetreo: un poco de turismo para recordar viejos tiempos, pinta en el John Keating y a cenar. La noche estuvo muy bien: la idea era ir a una fiesta techno/house en un night club cerca de Connolly Station. "Sorry, you cannot get into, you're drunk!", esas fueron las palabras que nos lo impidieron. Un pequeño duelo con los porteros pidiendo explicaciones pero nada, a Temple Bar!. Tras intentar entrar en el Fitzsimons (qué raro hace unos meses...) decidimos ir a otro night club del que nos había hablado Raquel: música house hasta casi las 4 de la madrugada. Así que allí fuimos. Sólo tengo que decir que cuando no haya planes, mi propuesta será ir ahí. Muy buena música, gente, ambiente... y hasta las 4! Lo único que la entrada cuesta 10€, pero bien merecen la pena. De vuelta a casa pequeña charla animada con un grupo de irlandesas que estaban en el club, con propuesta de fiesta incluso jejej. Al llegar a casa apareció la borágine y terminó con una barra de fuet.
El sábado nos invitaron a una fiesta en una casa. Magnífica! a unos 300 metros de la casa ya se oía la gente cantar! jjjeje. Todo gente irlandesa, y ameneizada con un repentino grupo de música que cautivó a Nacho. La vuelta a casa... en fin, sólo los que fuimos lo sabemos, pero treméndamente graciosa. Al llegar otra vez la vorágine, pero en este caso se materializó en hacer casi 400 gramos de hamburguesas, hasta que comenzó la Formula 1. Vamos Alonso!!! fue lo último que se oyó en la casa hasta que todos cayéramos dormidos.
El sábado nos invitaron a una fiesta en una casa. Magnífica! a unos 300 metros de la casa ya se oía la gente cantar! jjjeje. Todo gente irlandesa, y ameneizada con un repentino grupo de música que cautivó a Nacho. La vuelta a casa... en fin, sólo los que fuimos lo sabemos, pero treméndamente graciosa. Al llegar otra vez la vorágine, pero en este caso se materializó en hacer casi 400 gramos de hamburguesas, hasta que comenzó la Formula 1. Vamos Alonso!!! fue lo último que se oyó en la casa hasta que todos cayéramos dormidos.
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